La reconversión del campo
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El agro de Lanzarote se abre a nuevos cultivos. Papayas, piñas tropicales, calabacines, olivos, aguacates y plátanos son algunas de las producciones del futuro que encuentran cabida en el nuevo PIOL.
La producción y explotación del plátano canario no es exclusivo de las islas occidentales. El fruto emblema del Archipiélago también se cultiva en Lanzarote. Evidentemente, por las condiciones climáticas que caracterizan esta tierra, las plataneras no configuran el paisaje del agro insular, pero en la actualidad es posible abastecer hasta un doce por ciento del consumo con producción propia. La primera parada que debemos hacer para conocer de cerca una platanera conejera nos lleva al pueblo de Soo, en el límite de los municipios de Teguise y Tinajo. En la finca, propiedad de Manuel González e hijos, una extensión de 30.000 metros cuadrados, nos recibe Fabían Alonso, responsable de la misma. Al entrar en el invernadero, a pesar del calor, uno queda gratamente sorprendido por la disposición del cultivo y su manejo. Aun estando en un invernadero, se tiene la sensación de estar en un bosque perfectamente ordenado y que vive en armonía con el entorno.
Además de cuidar cada mato y sus frutos para cortarlos en su punto idóneo y contribuir a que éstos lleguen a la mesa de los consumidores lanzaroteños en perfecto estado, este asturiano afincado en la isla, se ha convertido en todo un experto en este tipo de cultivo. “El plátano requiere de muchos cuidados. Todos los días hay que revisar la planta, eliminar la flor, atar las piñas para que no se caigan por el peso, deshijar... Hay que estar atento al riego, comprobar que el goteo funciona correctamente y que reciban el agua necesaria; unos 25 o 30 litros por planta aproximadamente en esta época”, explica. Efectivamente, comprobamos que bajo la frondosidad de sus hojas hay muchas tareas que realizar para obtener el sabroso fruto, fórmulas que han ido variando para conseguir plátanos de óptima calidad. “La forma de criar, mimar y alimentar la mata ha ido cambiado y hoy en día se es más cuidadoso. El invernadero en una isla como Lanzarote le favorece mucho porque la protege del viento y del calor excesivo”. La cobertura del cultivo es de tela tipo mosquitera y deja pasar el aire. El plátano es una planta sin tronco que no resiste los fuertes y frecuentes vientos que hay en la isla y así se protege.
Posibilidades del nuevo PIOL
La producción de plátanos en la isla es posible gracias a la instalación de invernaderos, una fórmula de cultivo que hasta ahora no estaba contemplada en la isla pero que de lograrse la aprobación del nuevo Plan Insular de Ordenación dejará de estar prohibido. “El nuevo PIOL considera autorizable el establecimiento de pequeños invernaderos de hasta 1.000 metros cuadrados en parcelas mínimas de 5.000 metros cuadrados siempre y cuando estén vinculados a una explotación agrícola de al menos una hectárea, ya que se consideran como un complemento a la producción (para destinarlo a producción de semilleros y cultivos delicados.)”, explica Tania Acuña, técnico del área de Agricultura del Cabildo de Lanzarote. Este tipo de infraestructuras se podrá desarrollar en algunos suelos clasificados como Bb según la clasificación del PIOL, que por supuesto no coincidan con Espacios Naturales Protegidos, ni zonas Red Natura 2000, ni con zonas de incidencia visual importante. Además se ha tenido en cuenta la preexistencia por lo que buena parte de estas unidades de ordenación se encuentran en: Llanos de Arrieta, Malpaís de Maguez, Las Quemadas Vega de San José, Teseguite, El Mojón, Vega de Órzola, El tablero, las lagunetas, La Vegueta, Hoya limpia, Vega Machín, Vega de Mácher o en Uga.
Por otro lado están los invernaderos de mayor tamaño que podrían alcanzar 2.000 metros cuadrados de superficie y cuatro metros de altura. Estas zonas se ubican en la zona alta de Maneje, Argana, bajo de Guime y un trozo colindante al núcleo urbano de Playa Blanca. “Invernaderos de mayores dimensiones solo hemos localizado la actual platanera de Soo. Si bien existen otros de menor tamaño dedicados especialmente al cultivo de papayas”, dice Acuña.
Producción constante
En la platanera de Soo la jornada comienza muy temprano y durante la mañana se realizan las principales tareas. La planta empieza a “parir” hacia el mes de mayo a septiembre. Durante estos meses, el platanero da una piña llena de plátanos que puede llegar a pesar entre treinta y cincuenta kilos, en función de la variedad. Una de las labores que más esfuerzo demanda es la de deshijar la planta, precisamente este trabajo es el que garantiza la continuidad de la platanera. “Los hijos que nacen de cada platanera son eliminados, cortando los que no interesan y dejando uno por madre. Así se organizan las hileras, las matas se alinean buscando el sol, pareadas, una a un lado y otra a otra, para que vayan quedando calles interiores”, precisa Alonso, que añade: “Cada planta emite un solo racimo, muere, se corta y así va sucesivamente cada nueve meses. Por eso camina”. De hecho, en la plantación hay algunas que su descendencia se mantiene desde el primer momento.
Con la planta en el terreno, el riego es imprescindible. “La platanera cuenta con una pequeña desaladora propia que nos permite producir cerca de 130 mil litros de agua al día. El riego localizado hace el resto del trabajo y lo que queda se almacena en dos grandes aljibes del interior. Los plátanos son frutos de mucha agua”, dice el encargado.
Los antiguos agricultores decían que la aridez de la tierra conejera impedía el desarrollo del plátano en condiciones. “El plátano es agua y abono, solía escucharse”. Los adelantos agrícolas y la tecnificación actual han permitido que sea una realidad. Y es que la plantanera de Soo no solo cuenta con su propia desaladora sino que además alberga en su interior una cabina para la producción y mantenimiento de abono. Incluso posee una forma mixta de riego y guano. “La planta requiere abono. En esta finca, a medida que se va limpiando la mata y cortando hojas, dejamos algunas en el suelo porque eso crea una alfombra que mantiene la humedad. Además del estiércol y el guano líquido que tenemos aquí”. Todos estos cuidados permiten una producción anual de unos 150 o 200 mil kilos de plátanos. “Cada año crecen unas 4.500 o 5.000 matas, son el origen del plátano de Lanzarote. Toda la producción se comercializa, de aquí a las fruterías. Incluso existe mayor demanda que no podemos asumir. El plátano de Lanzarote está incluido en la marca Plátano de Canarias, aunque su sabor es más rico, según quienes los han probado”, apunta Fabián.
Otros cultivos
Es relativamente reciente el interés mostrado por los agricultores lanzaroteños a la implantación de invernaderos, de hecho, aunque éste método abre la puerta a nuevas explotaciones y cultivos, y en consecuencia a nuevos negocios, existe exceso de celo a su práctica. “Los agricultores de Lanzarote son receptivos pero no a grandes dimensiones de invernaderos sino a una escala pequeña. El invernadero de platanera actual tiene con la ampliación unos 30.000 metros cuadrados y nosotros estamos hablando de autorizar 1.000 m² y en algunas zonas muy limitadas y casi periurbana permitir hasta 2.000 metros cuadrados. Con estas dimensiones sí son receptivos para las mayores no, no lo ven con buenos ojos”, indica Acuña desde la Granja Agrícola Experimental del Cabildo. Los inversanderos de pequeño tamaño pensados para Lanzarote funcionarían principalmente para la producción de semilleros y el cultivo de algunas hortícolas delicadas tipo hierbas aromáticas. No obstante, el sistema abre también posibilidades a alojar cultivos de flor cortada y en los de mayor tamaño cultivos de frutales delicados al viento como pueden ser papayas o aguacateros”, añade. Es precisamente lo que prueban en la plantación que acoge la platanera, de hecho, antes de concluir nuestra visita descubrimos otros cultivos que crecen en un anexo del invernadero. Papayas y piñas tropicales comienzan a dar sus primeros frutos. “Actualmente hay unas 600 plantas de papayas y hemos recogido unos 22 mil kilos anuales. La papaya es una planta que da fruto cada dos años y luego es preciso renovar”, apunta Alonso.
Fresas y olivos
Los agricultores que deseen adquirir plantas de olivos o fresas todavía pueden hacerlo dirigiéndose a la Granja Agrícola Experimental del Cabildo de Lanzarote, emplazada en Tahíche (teléfono 928 836 590, extensión 17), de 8:00 a 13:00 horas. La primera Corporación insular, a través del Área de Agricultura puso recientemente en marcha sendas campañas de venta de estos productos con el fin de incentivar la incorporación de nuevos cultivos en la isla y contribuir así a la diversificación del agro insular. En lo que se refiere a los olivos, se han puesto a la venta 5.000 plantas, al precio de 2,70 euros la unidad, de las que 2.500 plantas corresponden a la variedad picual, 1.500 a la hojiblanca y 1.000 a la variedad arbequina. En lo que respecta a las fresas, se han puesto a la venta 80.000 plantas, todas ellas de la variedad ‘esplendor’, al precio de 18 céntimos de euro la unidad. Además, el Área de Agricultura tiene previsto poner en marcha en el próximo mes de febrero una campaña de venta de plantas de piñas tropicales. Con la introducción de estos cultivos, la primera Corporación insular pretende además generar empleo, contribuir a la recuperación de fincas abandonadas y fomentar la agricultura lanzaroteña en general.
Nuevo grupo de consumo
Tras largos meses de gestión, el pasado lunes se puso en marcha en Arrecife La Redcova, un grupo de consumo que conecta directamente a los consumidores con los productores, lo que elimina el aumento de precio correspondiente a los intermediarios. Las primeras siete familias han recogido ya sus cajas de verduras, hortalizas y fruta, todo ello cultivado según los dictados de la producción ecológica, y pan artesano, alimentos que se ofrecen inicialmente y en función de la temporada.
Según explica Isidro Pérez, alma mater del proyecto, “no se trata solo de ahorrar el sobrecoste de la intermediación sino de comprar local y adaptarnos a lo que el campo nos da en cada estación, sin ayudas químicas para forzar tamaños o producciones masivas”. El sistema de distribución inaugurado la pasada semana es sencillo: Cada persona o grupo familiar interesado recibe por correo electrónico el listado de productos con los que se cuenta para esos días y sus precios; el cliente responderá con su lista de pedido para su reserva. Las entregas se realizan los lunes en horario de 5 a 7 de la tarde en la c/ Antonio Machado 18 de Arrecife.
El proyecto se basa en dos pilares: la autogestión, lo que implica que cada socio deberá colaborar desempeñando alguna tarea y darse de alta aportando una fianza de 15 euros. La fianza, que se recupera en caso de baja, sirve para que los miembros se responsabilicen de su pedido si no lo van a recoger. Una vez en marcha, los retos a corto y medio plazo, según indica Isidro, que junto a Jorge Revuelta, Lola Mares, y Salvador Correa forma el grupo promotor, serán la suma de consumidores -hasta no más de 35, para garantizar el abastecimiento y la calidad del servicio- y el aumento de productores, «de manera que ampliemos la oferta de productos de consumo habitual en los hogares, como los lácteos, huevos, etc”. Para participar de este proyecto de economía colaborativa, las personas interesadas deberán contactar con el grupo de consumo a través de la cuenta de correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.