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Marihuana legal, medicinal y personal

Es el reclamo de la veintena de asociaciones para el consumo del cannabis asentadas en Lanzarote

 

P.D.V. /Fotos: E.L

 

Canadá, Reino Unido, Uruguay, Estados Unidos o Portugal son algunos de los países que ya no tratan a los consumidores de marihuana como criminales. Estos estados han decidido regularizar y permitir el uso medicinal y personal del cannabis y la lista es cada vez más larga. En España sin embargo, su consumo está aún en una alegalidad, un vacío legal con el que tienen que convivir quienes lo usan, incluso quienes lo hacen con fines terapéuticos. De ahí que el Parlamento canario aprobara el 16 de mayo, con la única discrepancia del PP, instar al Gobierno regional a que, a su vez, exija al estatal y a las Cortes “avances” en la legalización del consumo. “Una gran masa de la población española utiliza el cannabis de alguna manera, sea lúdica o medicinal. Esto no implica un abuso en todos los casos. De hecho te exige una responsabilidad porque el consumo supone un dinero, un coste que se debe afrontar. La falta de conocimiento, el vacío de información al respecto es lo que lleva a criminalizar y perseguir. Por eso las asociaciones intentamos regularizar esto que sigue sin regularizarse pero que existe y se usa diariamente, explica Pablo, representante en Lanzarote de la Federación Canaria de Asociaciones de Cannabis.

 

Precisamente en los países que legalizaron el consumo de marihuana se dieron esas discusiones y llegaron a la conclusión de que regular su uso es mucho mejor que dejarlo librado a la ilegalidad ya que ayuda a controlar el consumo, la calidad de la producción y ataca al narcotráfico. “Lo ideal para nosotros sería poder funcionar como dispensario. Un espacio donde los consumidores puedan acudir sin temer qué se consume. Que no existan las asociaciones o que el consumo de cannabis sigan siendo favorece el tráfico y obliga al consumidor a volver a las esquinas”, sostiene.

 

Propuesta No de ley

 

Las voces de las asociaciones y clubes cannábicos integrados en la federación canaria han llegado hasta el Parlamento de Canarias buscando la regularización de esta práctica. En la cámara regional, de la mano del grupo socialista se presentó el pasado año una Proposición No de Ley que contó con el apoyo del resto de grupos, ya que además del PSOE, también la firmaron los Grupos Parlamentarios de Podemos, Nueva Canarias, Nacionalistas Canarios y también el Grupo Mixto. El PP fue el único partido que no apoyó esta propuesta. “La PNL surgió de exponerles la problemática en la que se desarrollamos nuestra actividad por la ausencia de un marco normativo claro y estable. Ahora en mayo esperamos que se activen las mesas de trabajo establecidas y poder iniciar el trabajo más serio que demanda la regularización, con especialistas y peritos que den cuenta de la viabilidad que puede tener el proyecto”, explica Pablo desde Green Indoor.

 

Lo que se persigue en las islas no es más que una normativa reguladora de la actividad que realizan desde las asociaciones pero que actualmente funcionan autorregulando su propio quehacer. Hasta ahora las entidades cannabicas plantean ellos mismos la edad mínima para la entrada, el control sobre los productos, su colaboración con pacientes que lo demandan como producto medicinal, y una largo etcétera de normas que se auto imponen. El único pero es que como en todo colectivo hay cuestiones que hacen mejor o peor. Lanzarote cuenta actualmente con casi una treintena de clubes de cannabis cultura, mientras que en toda Canarias ya hay alrededor de 130, según la Consejería de Presidencia, Justicia e Igualdad en una respuesta por escrito al parlamentario socialista Iñaki Lavanera, que formuló la pregunta en la Cámara autonómica.

 

Ordenanzas reguladoras

 

Los clubes están registrados legalmente como cualquier otra asociación sin ánimo de lucro, con el pertinente listado de socios, actividades, sede social, etc. Además de luchar contra la imagen de marginalidad que tradicionalmente se asociaba al consumo del cannabis, los clubes desarrollan una tarea muy importante relacionada con terapias medicinales con productos derivados del cannabis, cuidados paliativos para casos extremos, reducción del dolor, etc.

 

Los representantes de las asociaciones cannábicas indican además que la diferencia en la aplicación de la normativa sobre sus actividades se percibe incluso entre municipios de la misma Isla, lo que genera bastantes problemas a la hora de cumplimentar todos los requisitos. Su objetivo es desarrollar la actividad con total legalidad, pero para ello demandan un marco legal uniforme, claro y estable. “Uno de los objetivos que tenía la Federación era crear unas ordenanzas municipales y después de varias reuniones, con el asesoramiento de una profesional del derecho, conseguimos hacer una propuesta de ocho puntos. Los antecedes en los que nos basamos. En Fuerteventura se presentó en distintos municipios pero no pasó nunca a votación. En Arrecife una asociación decidió derivarla al pleno local pero tampoco se consiguió el apoyo”.

 

En la actualidad el proceso de aplicación de ordenanzas locales está paralizado a la espera de las Mesas de Trabajo que el Parlamento de Canarias iniciará para abordar profesionalmente la cuestión. De este modo, se fijaría una regulación autonómica a la que deberán acogerse todos los municipios del archipiélago unificando el criterio en todos. “La ventaja es que al tener un punto de encuentro donde consumir con libertad, por supuesto dentro de unos límites establecidos por los estatutos de cada asociación, ya nadie tiene que esconderse ni frecuentar parques públicos o espacios deportivos. Además desde la asociación se pueden trabajar en otros aspectos, sean educativos o preventivos”, apunta.

 

Desde la Federación canaria apuntan al diálogo de los grupos políticos con expertos, y sobre todo escuchar a las asociaciones de consumidores en sus demandas. “No hay que quedarse solo en el aspecto medicinal de la planta, esto es una cuestión que ya está más o menos interiorizado, el verdadero reto es el de la regulación de un consumo responsable. La educación es la mejor vía de desarrollo”, concluye Pablo.

 

La regulación del cannabis en el mundo es evidente que va venciendo las tesis del prohibicionismo. La evolución se encamina hacia un modelo de prevención, educación, regulación, libertad de decisión de los individuos y mecanismos para evitar y corregir los efectos negativos de una sustancia que como otras, alcohol o tabaco, también los tiene.

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