Especies invasoras
- Por Super Usuario
El rabo de gato, la vinagrera o calcosa, el lagarto tizón y el gato silvestre amenazan la flora y fauna autóctonas
Texto: F. Gimeno
Rafael Paredes Gil, biólogo de la Universidad de La Laguna y socio fundador de la consultora Gabinete de Estudios Ambientales, experto en especies invasoras, ha alertado de las amenazas que sufre el paisaje de Lanzarote y los cambios que puede experimentar en un corto plazo de tiempo debido a plantas y animales invasores como la vinagrera, el rabo de gato, el periquito común, las ratas o los gatos asilvestrados.
El último estudio realizado por Gesplan en 2014 citaba 32 plantas invasoras, aunque a este listado hay que añadir ocho especies más halladas por el equipo de trabajo de Paredes Gil, quien aseguró que probablemente se encuentren algunas más, tras el estudio que realizarán en breve por encargo de la Reserva de la Biosfera.
¿Qué son las especies invasoras? Son especies exóticas introducidas por el hombre que tienen una gran capacidad de expansión y de acabar con las especies nativas o autóctonas.
El 27 por ciento de la flora existente en Lanzarote ha sido introducida en la isla y un 16 por ciento de esta flora foránea es invasora. Esto supone un grave problema para la biodiversidad puesto que se trata de especies dañinas que amenazan con acabar con las especies propias del lugar. Según Paredes Gil, se trata de uno de los problemas más graves a nivel mundial en la pérdida de biodiversidad. Este problema se acentúa en las islas porque “son puntos calientes de biodiversidad, y estas plantas son muy dañinas, y en el caso de Lanzarote el problema es más grave ya que no hay mucho verde y el paisaje se debe a la tierra y la mano del hombre”. Su alteración por la proliferación de estas plantas “nos daría otro paisaje que no es el de aquí”.
Vinagrera y rabo de gato
De entre las plantas invasoras que más daño pueden causar al paisaje natural de la isla, dos son las que más preocupan: la vinagrera o calcosa y el rabo de gato.
El foco principal de la vinagrera (Rumex lunaria) es el Parque Nacional de Timanfaya. Aunque en los últimos años se vienen realizando trabajos de control y erradicación, los resultados son discutibles al igual que el método que se sigue para su eliminación, afirmó este biólogo en la charla que ofreció en la UNED a iniciativa de la Reserva de la Biosfera. La vinagrera se introdujo en Lanzarote en los años 40 del siglo pasado como planta forrajera y de ahí su consideración de Especie Nativa Trasladada. Si bien esta planta también es visible en el tabaibal del volcán de la Corona, ahí no causa el daño que sí está provocando en el paisaje inerte de Timanfaya, ya que se puede observar a lo largo de la ruta de los volcanes.
El rabo de gato (Pennisetum setaceum), introducida en Canarias a mediados del siglo pasado como planta ornamental, es otra de las plantas invasoras que van eliminando otras especies de su alrededor. Mientras que en otras islas del archipiélago como Tenerife, La Palma o Gran Canaria ya es imposible su erradicación, en Lanzarote todavía podría eliminarse, según Paredes Gil, a pesar de que su avance es imparable y está en casi toda la isla, ya que se trata de pequeñas poblaciones perfectamente localizables. Para hacernos una idea de la fuerza reproductora de esta planta, incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras (RD 1628/2011, de 14 de noviembre), personal contratado por el Cabildo para su erradicación retiró en un solo día 4.600 unidades de rabo de gato en la zona de Playa Quemada. Cada planta puede producir hasta 10.000 semillas, tiene una elevada tolerancia a la sequía y gran resistencia al fuego.
El gato que acaba con todo
De las 36 especies animales invasoras existentes en la isla –la mayoría plagas y parásitos que afectan a plantas y cultivos-, Paredes Gil apuntó que a pesar de ratas y ratones, conejos, erizos, tórtolas, perdices, y otros, es sin duda alguna el gato asilvestrado el que más estragos causa en la biodiversidad y más enfermedades puede transmitir a las personas.
El gato es un depredador imparable, que ha acabado con lagartos endémicos y aves y transmite plagas de pulgas, numerosas enfermedades como la rabia, equinococosis, infecciones cutáneas por hongos, etc. Preocupante es el número de gatos asilvestrados que campan a sus anchas en La Graciosa y los daños que éstos están causando en aves protegidas como el petrel de Bulwer y el paíño pechialbo, llegándose a encontrar en una ocasión hasta 70 ejemplares de petrel atacados por gatos.
En manos de todos, y del sentido común general, está que se pueda frenar la introducción y proliferación de especies invasoras. Las más peligrosas, en opinión de Paredes Gil, además del gato, son la cotorra de Kramer; el periquito común y el periquito aratinga, y las dos subespecies del lagarto tizón.
Sin ordenanzas, poco control
Ningún ayuntamiento de Lanzarote cuenta con una ordenanza municipal sobre zonas verdes y arbóreas que regule qué tipo de plantas se puede o no plantar en jardines públicos, rotondas, márgenes de carretera, etc., Una herramienta que sería muy útil para frenar la plantación, importación o venta de plantas que no son de aquí y pueden alterar no sólo el paisaje propio de esta isla sino que puede llegar a eliminar las plantas autóctonas al competir con ellas para alimentarse y reproducirse.
Asimismo, sería necesario contar con unas directrices insulares sobre especies invasoras, en las que se determine de qué manera actuar para su erradicación, pero sobre todo, y lo más importante, en palabras de Rafael Paredes Gil, es que haya una continuidad en el seguimiento y trabajos de eliminación de estas plantas como garantía de que los esfuerzos no quedan en saco roto.
Paredes Gil apeló también a la concienciación y sensibilización de la población con este problema, puesto que la mayoría de las plantas y fauna invasora las introducen las personas desde otras islas, desde las Península u otros países. Es una costumbre que hay que aparcar porque llegaría un momento en que “desaparecerían las plantas autóctonas de aquí y sólo tendrían las que hay en Tenerife o Gran Canaria, que ya están allí”.
Las principales vías de entrada de las especies invasoras son: semillas y sustratos; plantas; especies para control de plagas; productos agrícolas; animales de compañía; viveros y jardines botánicos, y polizones en medios de transporte (aguas de lastre).
Los impactos negativos son: ecológicos –las especies invasoras son la segunda causa de pérdida de biodiversidad a nivel mundial-; económicos –pueden causar daños en infraestructura, dificultar el transporte o reducir la disponibilidad de agua, como provoca el mejillón cebra-, y sanitarios, porque pueden afectar a la salud humana al ser portadores de plagas.