Lanzarote ofrece educación alternativa
- Por Texto y fotos: Luis Miguel Coloma

Algo se está moviendo en la enseñanza y pasa por la innovación. El patrón actual, que promueve la competitividad, está obsoleto. La apuesta de futuro es un modelo que respete los ritmos naturales de aprendizaje en los niños, potencie su imaginación, su capacidad de adaptación y la cooperación, cualidades que contemplan las pedagogías Waldorf y Montessori, que hoy son una opción real en la isla.
La realidad educativa se encuentra en un momento de cambio. El rechazo de toda la comunidad educativa a la Ley Wert (LOMCE) y el hecho de que siempre suspendemos en los informes PISA, evidencian que es necesario un consenso sobre el modelo educativo que se deberá implantar para solventar este fracaso. El referente PISA no es, en cualquier caso, perfecto ni completo. Éste que sólo evalúa destrezas en matemáticas, ciencias o capacidad lectora y la educación comprende muchos más campos cognitivos y conductuales. Pero la realidad actual no se centra en lo que se sabe sino en lo que se puede hacer con lo que se sabe. El siglo XXI requiere un enfoque distinto de la enseñanza.
En muchos casos se han querido compensar las deficiencias del modelo con la introducción de tecnología, ordenadores y tabletas. Pero el cambio de modelo no radica sólo en la herramienta, también en el enfoque que se da a las materias. Hay consenso en aspectos como la necesidad de incentivar el desarrollo del pensamiento crítico, trabajar las inteligencias múltiples de manera individualizada y fomentar el trabajo cooperativo en las aulas.
Modelos pedagógicos alternativos como Waldorf y Montessori llevan más de 30 años aplicándose en países como Finlandia, Noruega, Suecia, Alemania… Y también en España, con excelentes resultados. Son una alternativa educacional real en Lanzarote, aunque sólo en los niveles Preescolar e Infantil, es decir, la etapa no obligatoria de la educación.
Waldorf: La casita de luz
En Lanzarote comenzó su implantación en 2001, en Las Cabreras (Teguise). Desde 2010 están en La Florida (San Bartolomé) y ya tienen a 60 niños, cupo lleno y lista de espera para la inscripción del próximo año. Su creación y desarrollo se debe al impulso de la Asociación para el Cuidado de la Infancia Fogalera de San Juan y la Asociación El Alhaurín, apoyadas incondicionalmente por la Fundación Antroposófica Canaria. Al frente de la Junta Pedagógica y como presidenta está Carolina Reiris.
En la pedagogía Waldorf, basada en la filosofía de Rudolf Steiner, se desarrolla la formación del niño respetanto sus tiempos naturales de aprendizaje. “Se trabaja su totalidad –explica Reiris- desde el equilibrio del trabajo con sus manos, el desarrollo progresivo de su voluntad individual y el de su capacidad intelectual. Desde los primeros años, la forma natural de aprendizaje es a través del juego, la fantasía y la imaginación. Por eso, los juguetes son muy sencillos y básicos. El pensamiento abstracto se va incorporando paulatinamente pero se evita su intelectualización precoz. Cuando el niño empieza a aprender a leer, ya está mucho mejor capacitado para asimilar la vinculación de signos (las letras) con sonidos e imágenes. Se trabaja la inteligencia emocional y se potencia la sana convivencia. Se ayuda al niño a conseguir la mejor versión de sí mismo, sea cual sea su rol social”.
Se le permite así ir desarrollando sus aptitudes sin dirigirlas ni coartarlas, como sí hace la enseñanza convencional actual. En cierto modo, ésta establece un estándar de conocimientos y habilidades y todos los niños han de superar un mínimo establecido. Dicho de otra forma y a modo de ejemplo, si se examinara a todos los animales de la selva de cómo subir a los árboles, los cocodrilos siempre suspenderían y se considerarían incapaces. En cambio, si el examen fuese en el agua éstos sacarían sobresaliente.
“Se trabaja la inteligencia emocional y se potencia la sana convivencia. Se ayuda al niño a conseguir la mejor versión de sí mismo, sea cual sea su rol social”
“Otra particularidad significativa –añade- es el espacio disponible, más abierto. Los niños juegan al aire libre porque se trabaja la observación de la naturaleza y todo es lugar de aprendizaje. Se desenvuelven en un segundo hogar”. Sus ‘acompañantes’, que no maestras, están con ellos como las madres o las abuelas. Llevan delantal, cantan, les enseñan a hacer masa de pan, allí comen (productos naturales), duermen su siesta, juegan… “El ritmo en las actividades en el modelo Waldorf es como el de la respiración (expansión-contracción), que unido a la regularidad en el horario, se le da seguridad al niño quitándole la ansiedad que provoca el no saber qué hacer después, el famoso “¿y ahora qué hacemos?” de todos los niños”, concluye la presidenta.
Para conocer más centros Waldorf en Canarias pueden consultar la web www.waldorfislascanarias.wix.com/escuelas.
La Escuelita Montessori
La Guardería Municipal de Playa Honda (San Bartolomé) funciona desde el curso pasado con el método Montessori. Aunque precisó de la formación específica de los docentes (cuatro años). Al frente de este proyecto están Lara Rodríguez, Victoria Cabán y Ona Villar. Este modelo pedagógico fue impulsado por la Doctora María Montessori, auténtica humanista italiana por su extensa formación académica. Está basado en el respeto hacia los niños y su impresionante capacidad de aprender.
Consideraba que dándoles la oportunidad de utilizar la libertad a partir de los primeros años de desarrollo, el niño llegaría a ser un adulto con capacidad de hacer frente a los problemas de la vida. “El material didáctico empleado en el método Montessori, -explica Rodríguez- generalmente juguetes de madera y/o elaborados con fibras naturales, está diseñado para que el niño pueda reconocer el error por sí mismo y hacerse responsable de su propio aprendizaje. Tendrán así más capacidad de adaptación y de asimilación de nuevos conceptos, así como de tomar decisiones. Lo mismo ocurre con los ambientes. No se obliga al niño a permanecer sentado, quieto y callado durante cinco horas seguidas”.
“Se prepara a niños pensantes, capaces de elegir lo que quieren. Igualmente, se les permite desarrollar sus aptitudes y valorar sus creaciones. No se les encajona en un estándar”
“Como el método Waldorf, -apunta Cabán- con el que tiene muchos otros aspectos en común, Montessori prepara a niños pensantes, capaces de elegir lo que quieren. Igualmente, se les permite desarrollar sus aptitudes y valorar sus creaciones. Sus aciertos y sus errores. No se les encajona en un estándar. El aprendizaje se produce en armonía con sus propios ‘tempos’, logrando así una mente más abierta. Y ellos mismos buscan mejorarla permanentemente. Trabajan así, jugando, interactuando con otros niños, su autoestima, la empatía, el respeto, la colaboración…, la inteligencia emocional”.
En la Escuelita Montessori de Playa Honda hay 62 niños de entre cero y tres años, agrupados por edades, con dos guías o asistentes por cada grupo. La experiencia, según apuntan Lara y Victoria, “es muy grata profesionalmente y satisfactoria con los resultados de los niños, que sacan lo mejor de sí mismos. El problema es que este sistema es costosísimo para poder desarrollarlo de forma externa, no concertada”.
Otro aspecto que comparten los métodos Waldorf y Montessori en Lanzarote es la ausencia de la Primaria (en principio), para poder continuar su enseñanza en esta disciplina. No obstante, tanto Lara y Victoria como Carolina coinciden en que “nuestros ‘alumnos’ acceden con mayor capacidad de adaptación y asimilación a este nivel superior”.