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Custodios del territorio, más allá de la conservación del paisaje

Conservar el paisaje, recuperar fincas agrícolas, facilitar el alimento y cobijo de aves, son algunos de los objetivos que persigue el proyecto de Custodia del Territorio para la conservación y el buen uso de los valores naturales.

 

Texto y fotos: F. Gimeno

La figura de custodia del territorio está formada por una serie de estrategias e instrumentos que buscan implicar a los propietarios y usuarios de áreas rurales en la conservación y el buen uso del paisaje por su alto valor como patrimonio natural y cultural. Lanzarote es en sí mismo puro paisaje. Y como tal hay que conservar sus valores y recursos para las generaciones actuales y venideras. Eso que se repite una y otra vez bajo la bandera de la sostenibilidad.

 

En la actualidad existen en Lanzarote varios acuerdos de custodia del territorio. Cuatro de ellos están localizados en diferentes espacios de El Jable y un quinto en la zona Norte, en el Monumento Natural de la Corona. Detrás de estos acuerdos de gestión está la Asociación Medioambiental Viento del Noreste –impulsora del proyecto Desert Watch Lanzarote-, entidad que ya los ha firmado con los respectivos propietarios del suelo e inscrito en la plataforma Custodia del Territorio de la Fundación Biodiversidad.

 

El objetivo principal de estos compromisos es la conservación de las aves en su hábitat mediante la recuperación de la agricultura tradicional, “promoviendo usos sostenibles donde la actividad humana, regulada y responsable sea compatible con la vida salvaje”, explican desde la entidad de custodia.

 

Tres de los cuatro terrenos cedidos gratuitamente en El Jable pertenecen a la misma propiedad. De estos, dos de ellos están dedicados a la plantación de cereales y hortalizas propias de El Jable con la que se pretende aportar alimentación a las aves esteparias de la zona y colaborar en lo posible en proteger otras cosechas de los agricultores del lugar, que sí son para comercialización o consumo propio. Es decir, se pretende que mientras las aves y otra fauna se entretienen comiendo en las nuevas siembras dejen de picotear en otros cultivos convencionales. Sobre todo cuando la escasez de lluvias propicia la escasez de alimento para los animales.

 

Plantando para las avutardas

 

La tercera de estas fincas está localizada en la denominada Peña Humar y ha sido destinada a la instalación de un muladar o comedero de aves carroñeras. En este caso se quiere dar apoyo a los trabajos de recuperación del guirre, subespecie del alimoche común –Neoprhron percnopterus majorensis-, una de las aves más emblemáticas de las islas canarias. Desde hace varios años, el Gobierno de Canarias viene trabajando con fondos europeos en la recuperación de este buitre en Fuerteventura y Lanzarote.

 

Esta colaboración consistirá en tareas de observación del funcionamiento y eficacia del muladar, junto a la realización de estudios que permitan conocer el impacto que dicha instalación pudiera provocar en la vida silvestre de su entorno, señalan desde la entidad de custodia.

 

El cuarto proyecto de custodia del territorio que el grupo conservacionista ha puesto en marcha está también en El Jable, en la finca denominada La Surti Gurritz, situada en la Hoya de Bernabé. Una finca algo mayor a media hectárea, donde se está experimentando un proyecto de agricultura regenerativa bajo el nombre de “Plantando para las avutardas”. La actuación en la finca comenzó a finales del pasado mes de diciembre y hasta la fecha se han plantado cereales, batata, tomate, calabaza, y cebolla, entre otras hortalizas.

 

Además de la actividad agrícola, la finca será utilizada como aula educativa, ya que servirá para enseñar a diferentes colectivos la forma tradicional de cultivo en El Jable y la importancia de su conservación para el mantenimiento de toda la fauna y flora que lo habita.

El último acuerdo de custodia del territorio registrado por la Asociación Viento del Noreste afecta a una finca situada en el Monumento Natural de la Corona, en Órzola. A diferencia de los anteriores, aquí la entidad de custodia apoyará a la propiedad de la finca en la gestión de la misma para la recuperación de la parte agrícola y la conservación de su rica flora y fauna. Aquí la entidad de custodia juega un papel más de asesoramiento y colaboración con la propiedad, mientras que en los anteriores es la propia asociación la que interviene en las fincas bajo su custodia.

 

Si bien el fin principal de estos acuerdos de custodia del territorio es la protección de las aves, todos ellos tienen también como objetivos firmes la restauración y recuperación de estos hábitats, la promoción del aprovechamiento sostenible de sus recursos y la conservación de elementos singulares. Además, de la divulgación de todo este gran valor natural.

Acuerdos para conservar

 

La Fundación Biodiversidad del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico define la custodia del territorio como “una filosofía que busca facilitar las iniciativas voluntarias de conservación de la naturaleza, el paisaje y el patrimonio cultural en fincas privadas y públicas, y en las que los principales protagonistas serán, por un lado, un propietario, y por otro, una entidad de custodia que le asesora para llevar a cabo una gestión de su finca orientada a la conservación de sus valores y recursos”.

 

En España actúan como entidades de custodia del territorio organizaciones tan diversas como un ayuntamiento, una organización ecologista, una asociación de vecinos, una fundación y otros tipos de entes públicos y privados, que incluso pueden llegar a comprar determinados espacios naturales a sus propietarios.

 

 

 

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