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Robótica, de los juegos a la tecnología

 

José Luis Aparicio Casas, un joven lanzaroteño que despunta en la aplicación de la robótica nos presenta sus ultimas creaciones e inventos

 

Texto: P.D.V /Fotos: E.L Carati.

 

 

José Luis tiene 16 años y de mayor quiere ser ingeniero. Despertó su interés por la tecnología desde muy niño, copiando y admirando las aficiones de su progenitor. “Empecé a los ocho años con mi padre y he seguido hasta ahora. Al principio eran cosas sencillas pero ya somos capaces de programar y montar este robot”, nos explica con orgullo señalando una de sus últimas creaciones: una versión propia del conocido robot R2-D2 con el que ha sorprendido a sus compañeros de instituto en la Feria anual de Ciencias “Apañada 2019”, que organiza el IES de Costa Teguise, donde cursa sus estudios de secundaria. Y es que cada vez son más los centros educativos de la isla que van tomando conciencia de la importancia de incluir la robótica en la formación de los más jóvenes. A través de actividades lúdicas los estudiantes adquieren y desarrollan conocimientos y aptitudes que les serán muy útil en el futuro. No en vano, el gran desafío de nuestro sistema educativo, incluso de la propia sociedad, es preparar a los más jóvenes para un uso adecuado de las nuevas tecnologías.

 

Casi autodidata en su aprendizaje José Luis, que es hoy un alumno aventajado en esta materia capaz de programar y dar vida a un ‘robot humano parlante’, ha adquirido sus conocimientos con la experiencia. “Al principio, no tenía muchas referencias. He ido aprendiendo con mi padre. Juntos vemos vídeos en YouTube para poder aprender a programar y a manejar una impresora en tres dimensiones. Nuestro robor habla con el mismo sistema que usan los Alexa de amazon”, confiesa. Efectivamente su espacio de montaje -un despacho que almacena piezas, bobinas, herramientas, impresoras, libros y ordenadores- da cuenta de las pruebas y más pruebas que ambos realizan hasta concretar sus inventos.

 

A los ocho años un niño aprende jugando y no es consciente de todo lo que conlleva la robótica ni de las funcionalidades que puede tener. Se inicia en la construcción - con Legos para hacer sus propios robots- y posteriormente desarrolla su creatividad con nuevos circuitos y programaciones. “Internet nos abre muchas puertas, lo usamos como guía. Hay muchas web con herramientas gratuitas que tiene un montón de programas, similares a juegos, que gustan mucho y son sencillos de seguir. Sinceramente es una ciencia muy entretenida que nos ha conquistado a los dos”, nos apunta José Luis Aparicio Sánchez, padre e impulsor del joven aprendiz.

  

Innovación tecnológica

 

La enseñanza de la robótica entre niños y jóvenes fomenta su acercamiento a las matemáticas, las ciencias e ingenierías, pero si además es una experiencia compartida en casa, el enriquecimiento es mayor pues fomenta las relaciones interpersonales entre padres e hijos. “No le dedicamos todo el tiempo que nos gustaría pero sí que nos sirve para compartir espacio y pensamientos. Además José Luis es un chico muy aplicado, que tiene buenas notas y que muestra interés por otras cosas, propias de los niños de su edad, saca tiempo para sus amigos y para la robótica”, nos desvela Aparicio Sánchez. Efectivamente los expertos advierte de la importancia del acompañamiento en estas tareas. No se trata de darles la tableta o regalarles el kit de robótica por su cumpleaños y que lo monten ellos solos. No. Hay piezas pequeñas, hay que estar con ellos, ver cómo funciona, los programas tienen su complejidad aunque no haga falta ser un entendido. “Intento también que dentro de las dificultades que tiene no resulte peligroso. Por ejemplo, he conseguir disuadirlo para que si próximo invento sea un tren y no un monopatín capaz de levantase a sí mismo como él quisiera. Hemos comprobado la fuerza de los imanes que necesitamos y preferimos no arriesgar”, señalan, pensando ya en su próxima hazaña.

 

España está tomando conciencia de la importancia de la robótica y ya se puede estudiar un Máster de Automatización y Robótica en centros de enseñanza universitaria. Y es que además de la robótica industrial, están creciendo nuevas funcionalidades que ponen el foco en iniciativas sociales, de seguridad y de educación. Al jugar con la robótica, los jóvenes y los niños adquirirán el conocimiento necesario para inventar nuevos robots o aparatos electrónicos útiles para todos. “En la actualidad hay creaciones como prótesis inteligentes, que beneficien a la humanidad. De hecho, existe quien ya se dedica a ayudar a otros mediante la impresión en 3D y la robótica”, señala este pediatra de profesión que se inició en la programación pasando previamente por el aeromodelismo.

  

Afición con encargos

 

 Entretenida e innovadora, la robótica es una herramienta que cada día cobra mayor importancia en el aprendizaje infantil y adolescente. Casi sin querer los aficionados a esta modalidad invierten buena parte de su tiempo despertando y estimulando sus propias capacidades. “No tengo un tiempo determinado. Mi padre me pone una lista que debo ir terminando y yo voy trabajando en cada tarea hasta que lo logro. Lo que tarde y sino termino sigo después de un descanso”, desvela el joven. Disciplina apasionante que plantea desafíos constantes, nuevos retos que alcanzar, posibilita y propicia el entusiasmo de los jóvenes evitando experiencias menos sanas. Nuestro protagonista invita a todos aquellos aficionados a la robótica a no desanimarse. “Se puede empezar con algo sencillo, quiero decir que no es algo que necesites mucho material, por eso animo a todos a los que les gusta a que lo intenten. Yo también me siento frustrado cuando algo no me sale a la primera pero hay que seguir intentándolo porque es más cuestión de paciencia y de no abandonar”, dice.

 

Parece seguro que su afición llegará hasta dónde él quiera, pero si hay algo que destaca en este joven lanzaroteño es la sencillez, la humildad y la buena disposición que nos ha mostrado en sus explicaciones, algo que hace más grade su talento. Desde Revista Jable nos sentimos esperanzados ante esta nueva generación que viene pisando fuerte y nos enseña casi sin querer a confiar.

 

 

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