De solar para basuras a zona verde
- Por Super Usuario
Un vecino de Valterra convierte un terreno baldío en un jardín con distintas especies florales que mejora la relación entre los residentes
Texto y Fotos: P.D.V
Un solar abandonado que se convierte en bello jardín con distintas especies florales típicas de la flora isleña, donde conviven y se relacionan los vecinos de toda una barriada. Esta podría ser la situación de cualquier terreno de la ciudad, pero no lo es. Es la singular historia de un espacio en deterioro ubicado en el llamado Morro Angelito, en el barrio de Altavista, muy cerca de la estación de Guaguas de Arrecife, que Antonio, un vecino de Valterra, apasionado por la jardinería decidió transformar en zona verde y devolverle la vida perdida.
En Arrecife las zonas de sombra han quedado relegadas, por distintas razones en los últimos años ha sido más prioritaria la construcción de nuevos edificios que la recuperación de un parque o la creación de nuevas dotaciones de esparcimiento ciudadano. Y si en el centro se nota que la expansión ha sido a lo largo y a lo ancho, en los barrios se exagera. Sin embargo, cada vez hay más conciencia de la falta de espacios verdes y son los propios vecinos los que toman la iniciativa. “Prefiero verlo así que lleno de basuras y excrementos de perros y por eso lo hago”, dice Antonio mientras cuida con mimo sus plantas. “Estamos acostumbrados a esperar que otros hagan algo por nosotros, pero si el Ayuntamiento no hace nada, tenemos que hacerlo nosotros mismos. Este solar me ha dado una oportunidad. Me gusta verlo bonito”, dice. Con esta premisa ha comenzado a actuar y a diseñar un nuevo espacio de ocio.
Dedicación y constancia
Cada día, entre las ocho y las nueve, bien prontito, acude con su furgoneta, cargada con una cuba, a regar y limpiar la zona. “Vengo temprano para aprovechar el fresco, traigo agua pero los vecinos también me dan”, sostiene. Y es que un buen jardín mejora la relación con los vecinos. Un estudio reciente realizado en España sobre paisajismo de Houzz determina que el 13% de los españoles interactúa más con sus vecinos después de reformar el jardín. Estas interacciones van desde pequeñas charlas (53%) o intercambio de saludos de cortesía (51%), hasta echar una mano al vecino cuando es necesario (21%). “Aquí ya me conocen todos. Si algún vecino no puede cuidar sus plantas o ve que se están estropeando me las trae y las revivimos, yo las cuido como a las demás”, se enorgullece nuestro experto jardinero. Autodidacta, Antonio, reconoce que el lo la hace de corazón “porque me gusta”. Y aunque no era un experto en ese oficio, su buena mano con las plantas hizo que se corriera un voz a voz entre los residentes. El jardín comenzó ocupando una pequeña parte del terreno, pero hoy en día entre todos, y gracias al esfuerzo de Antonio, se ha transformado en un auténtico vergel que va ganando espacio. “Tengo un criadero de mariposas y hasta unas ranitas”, señala. Efectivamente entre cactus y helechos, ha ideado también una pequeña charca en la que las ranitas son centro de atención para los pequeños del barrio.
Durante el verano, todos pasamos más tiempo fuera de casa dispuestos a disfrutar del aire libre, y qué mejor manera que compartiendo un nuevo espacio de recreo en nuestro propio barrio y con los vecinos de toda la vida.