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Goyo se despide ante su afición

  • Por  Texto y fotos: Luis Miguel Coloma
Goyo se despide ante su afición

Con dificultades para entrenar pero accediendo a la invitación del director del Ironman Lanzarote, Kenneth Gasque, el triatleta local participará en la edición de este año, la del 25 aniversario, una prueba que afronta con el reto de no meterse presión y permitirse disfrutarla . 


El lanzaroteño Gregorio Cáceres, Goyo, es seguramente uno de los pioneros del triatlón local. Uno de los primeros en no conformarse con ver pasar desde la grada a los participantes en el Ironman Lanzarote y es consciente, como reconoce mientras conversamos y sus dos hijas juegan en el parque frente al Cabildo, de que habrá “empujado a otros muchos conejeros a practicar y seguir esta durísima disciplina”. Con 39 años, dos hijas y un trabajo que no le permite más excedencias, Asegura Goyo Cáceres que este año, el del 25 aniversario, será su último Ironman Lanzarote.

 

Participo por la invitación del director del Ironman Lanzarote, Kenneth Gasque, que junto con su mujer me han insistido mucho en que tomara la salida del 25 aniversario, algo que por supuesto les agradezco muchísimo”, afirma el triatleta conejero, que partirá dentro de un grupo de edad. Una participación que es posible gracias a la aportación de MásDeporte (San Bartolomé), “que me han facilitado todo el equipamiento, bici, neopreno, zapatillas... ¡Todo! Muchas gracias”.

 

Y tomará la salida después de una puesta a punto que le está exigiendo un sacrificio extra, “con apenas 3 a 4 días de entrenamiento semanal de media. Más no puedo, porque tengo que compatibilizarlo con el trabajo -en la construcción- y con mi familia, a la que ya le he robado demasiado tiempo estos años”.

 

Vuelve Goyo para despedirse tras cuatro años de ausencia en el gran triatlón de Lanzarote, aunque cuenta con “el espaldarazo de moral y confianza que supone haber logrado un octavo puesto en la última edición del Ocean Lava”. Su último Ironman Lanzarote como ‘pro’ (profesional) fue en 2012. Hasta entonces, había logrado un 6º puesto en 2007; un 5º en 2008; y un 4º en 2009, su mejor marca. En 2010 sufrió una caída que le relegó hasta el undécimo; y en 2011 sufrió una lesión de rodilla tras ganar el Enduroman Lanzarote, una prueba cuyas distancias son el doble del Ironman: 7,6 de natación; 360 Km de bici; y 84,4 Km. de carrera. O sea, un poco más de 22 horas compitiendo.

 

Más que para superar el sufrimiento y no abandonar, tendré que luchar contra mis ganas de apretar y hacer un gran esfuerzo para ir más relajado… A ver si no se me hace de noche”

  

Sin embargo, asegura el triatleta conejero que “no fue esa lesión de rodilla la que me retiró de la competición, aunque sí me tuvo cinco meses en dique seco. En realidad fue por motivos económicos. La crisis apretaba fuerte, ya no había patrocinadores, no podía estirar más la excedencia ni tampoco mis ahorros. Así que volví a la tajo, como Bustamante (sonríe).

 

Y es que este deporte –añade- es duro también en las facturas. Participar en pruebas como Malasia o Hawai supone unos 5.000 euros sólo en desplazamientos. Luego hay pruebas más cercanas, como en el Reino Unido (acabó 4º en Bolton). Por otra parte, los premios tampoco se mueven en las cifras que se manejan en el fútbol. En 2007 fui campeón de la Copa de España de Triatlón de Larga Distancia, y me dieron unos 1.000 euros”.

 

Afronta Goyo este último Ironman con un reto diferente… “Soy consciente de que soy mi peor enemigo y, en mi caso, más que luchar contra mí mismo para superar el sufrimiento y no abandonar, tendré que hacerlo contra mis ganas de apretar. Un esfuerzo para ir más relajado… A ver si no se me hace de noche (ríe).

  

Este año espero poder disfrutar del Ironman Lanzarote, de la prueba, del ambiente, de la gente. Este año quiero disfrutar y sufrir un poquito menos…”

  

Un gran bagaje

 

Mira atrás el triatleta de Yaiza y recuerda momentos muy duros, como en… “Malasia, en 2009. Lo pasé fatal, casi me voy al piso. Me tuve que retirar y casi ni podía andar”.“O en mi primer Ironman aquí en la isla –prosigue- que no tenía experiencia ninguna y sufrí de lo lindo…” Asegura el mejor canario clasificado jamás en el Ironman Lanzarote que “se pasa peor en los entrenamientos, porque ahí no tienes el acicate de estar compitiendo”. Aunque el mayor peso que pone Goyo en este lado de la balanza es “haberme perdido la infancia de mi hija mayor ha sido lo más duro. Se debió a unas circunstancias personales muy difíciles de mi vida y no quiero ni voy a permitir que ocurra lo mismo con mi segunda hija”.

  

Pero también me ha dado muchas alegrías, muchos amigos y grandes vivencias. Por ejemplo, miro atrás y nunca pensé que fuera a convertirme en profesional y a competir fuera de mi isla, en Hawai, en Asia… Nunca pude imaginar rozar el podio, ni el apoyo de la gente, los ánimos al recorrer el pasillo de meta y la alegría inmensa de cruzarla… ¡Eso ya no me lo quita nadie! (ríe)

  

El próximo sábado 21 de mayo, Goyo Cáceres tomará su última salida en la Playa Grande con un firme propósito… “Este año espero poder disfrutar del Ironman Lanzarote. De la prueba, del ambiente, de la gente. Del hecho de competir sin presión. Este año quiero disfrutar y sufrir un poquito menos…”

 

 

 

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