Vuelta a las gradas con respeto y tolerancia
- Por Super Usuario
El mal comportamiento de padres y familiares en las competiciones deportivas demanda más campañas de buena conducta
Texto: F.G./Fotos: Cedidas
Llega septiembre y la vuelta a los entrenamientos deportivos. Son muchos los niños y niñas que además de preparar estos días el uniforme y el material escolar para la vuelta al colegio, regresan a los vestuarios y a las canchas, terreros o campos de deportes para practicar alguna disciplina deportiva. Se enfrentan a otros nueve meses de entrenamientos y competiciones en los que debe primar la deportividad frente a cualquier signo de violencia, no sólo en los campos sino también en las gradas, que es donde padres, abuelos y otros familiares tiran abajo de un plumazo el significado de compañerismo y solidaridad a través de insultos y agresiones. En Lanzarote apenas se ha trabajado a fondo en el asunto y no ha sido por falta de iniciativas, aunque éstas han caído en el cajón del olvido de los responsables políticos. Daniel Reyes, fisioterapeuta deportivo, vinculado a diferentes disciplinas y equipos deportivos de Tías, planteó hace varios años la necesidad de concienciar a los espectadores de deporte base –padres y abuelos, principalmente- que su mal comportamiento es recibido por los pequeños como algo normal y habitual en los encuentros deportivos. “Y no debería ser así. Los niños tienen un buen comportamiento pero la rivalidad se la inculcan los adultos”.
Testigo de los actos violentos que se suceden en algunas competiciones, Daniel Reyes presentó a los ayuntamientos de la Isla y al Cabildo a través de la asociación Maramar un proyecto que bajo el lema “Agradable” pretendía inculcar los valores del respeto y la deportividad entre los escolares isleños y mejorar la convivencia entre familiares y aficionados. La iniciativa ponía el foco en tres apartados que, en su opinión, eran sencillos de poner en marcha en toda la Isla. Colocar cartelería con un decálogo sobre buenas prácticas y comportamiento en todos los campos, canchas o terreros; ofrecer charlas al respecto en clubes y asociaciones de padres y familiares, y puntuar las gradas según su comportamiento en las competiciones.
Sin respuesta institucional
La respuesta de los ayuntamientos fue desigual. “Muy buenas intenciones de unos y otros pero poco más. Algunos publicaron un folleto, otros pusieron algún cartel, algún club hizo algo por su cuenta, pero el mensaje no llegó al destinatario”. Daniel Reyes reconoce que la gente empieza a ser un poco consciente de la violencia en el deporte, pero recalca que estamos hablando de la imagen y el ejemplo que damos a los niños los propios adultos. “Tenemos que transmitirle que el deporte debe estar libre de violencia física y verbal, y ésta desgraciadamente se produce más en las gradas que en los campos”. En este sentido, recordó un episodio ocurrido la temporada pasada en el que una madre la emprendió en el vestuario contra el entrenador de su hijo porque lo había cambiado durante el partido. “Si crías a los niños entre violencia, se creen que ésta es normal, y por eso es necesario corregir este comportamiento cuanto antes, y creo que en Lanzarote se podría arreglar. Pero falta voluntad”.
Un ejemplo positivo
Ser positivo ante el deporte significa que además de ser un buen ejemplo de deporte y ejercicio sano, también es necesario no ser agresivos ante la competición. Si eres padre o madre de un niño que compite es necesario que le proporciones el mejor apoyo a sus esfuerzos deportivos asegurándote de que tu hijo es feliz y que está sano, animando de forma positiva y sin alentar en ningún momento a la agresividad. Los niños necesitan el apoyo de sus padres, necesitan que les orienten -pero que no les obliguen- a escoger el deporte que quieren realizar, así podrán mantenerlo a largo plazo… porque además de que les gusta, sienten que son ellos los que han escogido ése deporte, algo que les hará tener mayor compromiso.